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ME:9 Una dia mas, algo nuevo.

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Kaled Y Yuna by Evertein

No tocaban las doce de la mañana y ya la joven dragona andaba corriendo por las calles de Heivnor. Hace apenas unos minutos había armado un poco de jaleo ante unos guardias por quitar peso a una disputa entre estos y una mujer con su hijo. Solo había gritado ‘’Abajo el Rey Heldur’’ Y ya lo tenía todo hecho. Le había prometido a Kaled no armar mucho jaleo pero…realmente siendo como ella era resultaba difícil. Tampoco había pensado mucho lo que hacía. Era día de mercado y en el centro de la ciudad la gente hacia difícil el tránsito, por lo que resultaba más fácil despistar a sus perseguidores.

-¡Ahí esta!-se oyó gritar entre el gentío, y la chica rio acelerando las zancadas, sorteando gente, alas y colas lo más rápido que podía. Andaba contando calles  y mirando, a la espera de ver su salvación. Unas calles más allá, donde acababa el mercado Yuna torció a la derecha, agarrándose a una cuerda que había para colgar la ropa húmeda, dio un par de giros viendo que uno de los guardias aún no la había perdido de vista. Le sonrió al guardia en la última vuelta y ayudada del impulso y sus alas subió a uno de los tejados bajos y planos que había, podría decirse que era una especie de azotea.

Justo cuando  parecía que iba a tirarse…

-Alto ahí en nombre de la Guardia.-le dijo el dragón aterrizando a pocos pasos de la dragona con la espada en la mano. Yuna miró la espada y al dragón. Se mordió el labio inferior intentando reprimir una sonrisa, no estaba acorralada ni mucho menos...Retrocedió hacia el lado opuesto.

-Quieta ahí.

Genial. Ahora si estaba pillada. La voz provenía de su espalda.

-Oh. Parece que la jugada salió…-se llevó la mano al bolsillo pero se detuvo ahí cuando el Guardia sacó su espada. Su sonrisa se ensanchó.-Bueno, caballeros, me lo he pasado en grande estando con vosotros, pero…creo que es hora de que me despida~-canturreó, los guardias pusieron cara de no entender y cuando Yuna hizo un movimiento de mano con la izquierda, incitándolos a venir con actitud chulesca, estos se lanzaron a detenerla. La mano de Yuna soltó lo que tenía y el ruido de los petardos y la pequeña bomba de humo casera los dejó completamente aturdidos con un alarido, buscando a tientas. Para cuando el humo se disipó, la dragona de cabellos fucsias no estaba.

Yuna estaba riéndose  a carcajada limpia minutos después, poniendo rumbo a una de las casa de la periferia, a la casa de Kaled. Hizo silencio y miró por la ventana una vez llegó, el dragón albino se encontraba sentado de espaldas a la ventana, con la misma abierta. La joven sonrió de forma pícara y con todo el sigilo que fue capaz de reunir se coló por la ventana, acercándose muy lentamente a Kaled…ya casi lo tenía para asustarlo…

-Hueles a pólvora. ¿Qué lio has montado ahora?-Yuna emitió soniditos de fastidio y se abrazó a la espalda de Kaled, poniendo su cara al lado de la del otro.

-Solo jugaba, no pasa nada.-sonrió de forma pilla y le abrazó más fuerte. Kaled solía reaccionar de forma brusca con aquellos contactos, pero no lo hizo. Yuna arrugó la nariz.-Normalmente mimarte solo es divertido cuando reaccionas de algún modo. Quita esa cara de…

-Alek ha muerto.-el dragón soltó la noticia con voz neutra, mirando al infinito. La noticia cayó sobre Yuna como lo habría hecho un jarro de agua fría sobre fuego.-Murió salvando a Mine.

Alek era o, mejor dicho, fue, un chico de cabellos negros y ojos oscuros, agradable, divertido y carácter comprensivo, que todo el mundo temía las raras veces que se enfadaba. Él y Mine se habían casado hace solo dos años.

-¿Cómo..?-empezó Yuna, completamente en shock, apartándose de Kaled. La atmósfera se tornó pesada de golpe.

-Quizás es mejor que Mine te lo cuente más tarde, yo no llegue a tiempo.-dijo con pesar, girándose para mirar a los ojos a la chica.- Pero no sé si estará de humor, lleva desde ayer sin salir de su cuarto. Estoy seguro de que se recrimina todo esto…-suspiró.-Yuna, no quiere que entren a su cuarto.-el dragón de ojos zafiro supo con solo mirar a la joven a los ojos que esa orden le importaba un bledo. Iría ver a Mine aunque estuviese en medio de un campo de minas.

Yuna asintió y corrió escaleras arriba en la casa, haciendo tanto ruido como de costumbre. Mine era una chica rubia de piel oscura y ojos avellana, esbelta, pequeña y dulce, pero sobre todo, tímida. Unos cientos de años mayor.

Había un olor extraño arriba. Como metal. A la dragona se le hizo un nudo en el estómago y corrió a ver a Mine. Se quedó muy quieta en la puerta, pues el olor venia de ahí. Se le ensancharon las pupilas y abrió la puerta en silencio. Y lo que vio, hizo que  le hirviera la sangre. Mine estaba de pie, con un cuchillo en la mano manchado de sangre y tenía un corte considerable en el antebrazo. La chica se quedó congelada en lo que Yuna se acercaba con los puños tan apretados que casi estaban blancos. Si gesto era de ira extrema.

-Yuna…que…

-¡TU! ¡PEDAZO DE IMBECIL!-Le arrebató el cuchillo y le dio una torta tan fuerte que le dejó la mano marcada en la cara. Mine calló al suelo, aun en shock.-¡COMO SE TE OCURRE..!¿ESTAS LOCA? –Gritaba fuera de sí.- ¿el suicidio? ¡¿AL SUICIDIO IBAS?!-se estaba aguantando las ganas de darle un puñetazo. Para Yuna, arrebatarse la vida era un acto egoísta y cobarde. Valiente al segundo de auto lesionarse, pero cobarde, porque la vida es más dura que la muerte. Mine empezó a llorar desconsoladamente.

-No tiene sentido…vivir si Alek no está…si murió por mi culpa… ¡yo lo mate!-Yuna apretó los dientes tanto que se hizo daño. No había lugar para la compasión en ella ahora.

-ÉL TE DIO LA VIDA A TI PARA QUE LA VIVIERAS EN SU LUGAR, ALEK QUISO QUE VIVIERAS, maldita sea. ¡Reacciona!-la zarandeó tras arrodillarse.-Te dio su vida porque te amaba.- estaba segurísima de que era así. Yuna miró a los ojos  de la dragona mayor que estaban llorosos a más no poder, lagrimones caían por sus mejillas como ríos. -¿ y tú…piensas hacer esto? ¿De verdad?-su voz se fue apagando. Pasándosele un poco la ira, suspiró.-Él... ¿querría eso?

-No…-bajó la cabeza, susurrándolo más para sí que para Yuna.

-El creyó en ti para seguir adelante. Para caminar sin importar que…¿Por qué deberías desperdiciarlo?

-¡Tú no trates de decir nada mas así! ¡Nunca has perdido a nadie!-le chilló llorando, Yuna la soltó como si la tirasen para atrás y sonrió.

-Seh…nunca he perdido a nadie.-Frunció las cejas, no pensaba entrar al trapo, pero se le ensombreció el rostro.-Por qué solo tengo a Kaled. Nunca tuve a nadie más. Y yo no me voy a suicidar por él. Es estúpido, él me quiere y nunca querría eso para mí.-dijo con más serenidad y confianza al pensarlo, pero se le puso la carne de gallina al pensar que Kaled podría morir y dejarla sola. Mine la miró a los ojos pero no pudo aguantarle la mirada.

El dragón azul, Kaled, estaba apoyado en el marco de la puerta, mirando la escena y a Yuna con aprobación. Mine por su parte miró la herida del brazo y a la dragona de cabellos fucsia.

-…Ven conmigo a curarme el brazo…-bajó la cabeza. Yuna sonrió y se levantó tendiéndole una mano.

-No estás sola.-le susurró cuando se levantó tomándole la mano ofrecida. Aquello fue lo que más pareció llegarle, aquellas simples palabras pronunciadas suavemente y se abrazó a Yuna llorando. Esta se bloqueó un momento, pero le devolvió el abrazo, manchando sus ropas de sangre. Miró a Kaled y este le señaló la cabeza y le sonrió.

-‘’Bien hecho, Yuna’’-le dijo sin voz, con los labios. Yuna sonrió mostrando los colmillos.-Y ahora sí, vamos a curarte eso, Mine.

~*~

Tras todo aquel drama, pasaron unas horas hablando de todo lo que había pasado, Mine volvió a llorar, pero se la notaba mucho más fuerte, más decidida a rehacer su vida. Yuna se alegró profundamente de eso, pero en el fondo no sabía si era buena idea dejar sola a Mine.

Comieron y la dragona se puso a entrenar un poco en el patio trasero de la casa con Kaled. Pero aún mantenía aquella pregunta que le dolía hasta pensar… ¿Y si Kaled un día ya no estuviese ahí?

De tener la mente en otro lado, Kaled la acabo tirando al suelo con un golpe con el mango de la espada que portaba. Yuna se levantó, aturdida.

-Deja los problemas aparte ahora. Concéntrate en tu oponente.-la miró a los ojos. Sabía que Yuna siempre estaba influida por lo que pensaba y sentía en cada momento, pero luchar era algo que la dragona llevaba en la sangre. Lo que sea que estuviese pensando le afectaba tanto como para distraerse de la pelea. Cuando ya tocaban las siete de la tarde, Kaled se dio por vencido y suspiró.

-Déjenoslo por ahora. –Envainó la espada.- Ha llegado un paquete, imagino que para ti, puesto que yo no suelo recibir estas cosas. No tiene nombre, pero es un material.-aquello sacó a Yuna de su ensimismamiento, a pesar de que se había caído varias veces. Sus ojos se iluminaron. ¡Eynan le había enviado eso! Estaba segura. Guardó las dagas a toda prisa y se metió en casa.

-¿Dónde lo tienes?-preguntó con la sonrisa en la cara, ilusionada.

-¿De quién es?-los ojos de Kaled estaban fríos, como siempre.

-¿Celoso?

-No.-le tendió el paquete y Yuna rio arqueando las cejas con expresión pilla.

-YEAH~ Es el material para las dagas que te dije.-exclamó, Kaled arqueó las cejas.

-¿Aquel al por el que bajaste a Aternya?¿el de las quimeras te lo envía?-Yuna asintió, contenta. Kaled únicamente se encogió de hombros. Yuna le había contado ya todo lo que ocurrió…o casi todo con pelos y señales tras darle una rosa del desierto con un cristal azul en el centro.

-¿Quieres ir a volar un rato por el desierto? A estas horas…

-…la temperatura es perfecta…-completó Yuna y sonrió, asintiendo y dejando el paquete sobre la mesa.-¡VAMOS ALLÁ!

~*~

Regresaron tarde y cenaron algo, entre las risas de Yuna y las inusuales de Kaled, ambos se fueron a dormir poco tiempo después, la dragona planeaba quedarse unos días, pero parecía que Mine ya estaba dormida y con el jaleo que Yuna armaba era mejor dormir para no despertarla.

En la habitación donde Mine estaba durmiendo eran dos literas, Yuna se acostó en la primera que pilló, dejándose caer de golpe y encontrando el sueño casi enseguida.

Aquella noche soñó con aquello que tanto la atormentaba desde lo de Mine, con aquello que más miedo le daba, perder a su mejor amigo. A lo único que consideraba que tenía, a su lazo más fuerte. Soñó que moría para protegerla, justo como había pasado con Mine. Lo vio desangrarse en sus brazos y perder aquel brillo que iluminaba las profundidades de sus ojos. Sintió sobre sus hombros el peso abrumador de la soledad y la perdida. Y lloró como nunca antes.

Se incorporó sobresaltada, con lágrimas en los ojos, vestida únicamente con  una larga y ancha camisa de tirantes, salió corriendo de la cama a toda velocidad, únicamente con la imagen de Kaled en su cabeza y sus manos manchadas de sangre. Abrió sin cuidado la puerta de su cuarto, encontrándolo leyendo. Yuna no era una persona que lloraba, Kaled nunca la había visto llorar por algo que no fuese dolor físico, que también la había visto muy pocas veces.

Kaled la miró con una expresión de máxima sorpresa en el rostro, se levantó de la cama en lo que Yuna corría hacia él y lo abrazaba.

-¡Kaled…! ¡Kaled!-repetía como una letanía, llorando. Él solo pudo abrazarla con una sonrisa y una ceja arqueada. Luego cerró los ojos y apretó el abrazo en lo que Yuna se fue calmando.- Soñé que te morías.-se explicó en un susurró en lo que él le acariciaba el pelo, el corazón del dragón se calentó suavemente al ver lo que le afectaba a su amiga aquello. Pasaron varios minutos y la dragona ya se tranquilizó del todo.-Déjame dormir contigo hoy…

Kaled fue incómodamente consciente de que Yuna no tenía nada puesto más que la camiseta aquella y maldijo entre dientes, pero no pudo negarse. Tampoco es que quisiese, Yuna podía ser muy pilla, pero en aquellas situaciones no se le pasaría por la cabeza molestarlo de aquel modo.

Se acostaron y Yuna se acurrucó en los brazos del dragón, sintiendo su calor, tacto y olor. Era real, estaba ahí. Y con aquel pensamiento se quedó dormida. Kaled esperó que todo se le pasase al día siguiente, seguramente mañana se reiría de todo aquello…y fijo que nada más despertarse…se encargaría de subirle los colores. Kaled sonrió  y soltó una risilla, abrazándose a su amiga.


LA PRIMERA PARTE SE LEE CON ESTA CANCIÓN: www.youtube.com/watch?v=D0q6ot…
Bueno, pues aqui rueda mi eventito con Yuna. Con este evento queria mostrar las recciones pasionales de Yuna y lo que la afecta el entorno que la rodea si realmente esta en sintonia con él.
Para Yuna cada día que pasa hay algo nuevo y normalmente dia stranquilo tiene muy pocos~ ♥
Espero que os guste uvu :heart:
© 2014 - 2024 Evertein
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Aurumis's avatar
Omg cuantas cosas le han pasado a esta mujé en un solo día xDDDDDDDDDDDDDD Y es un día normalucho eh! Está guay jaja has puesto el envío de Eynan xDDDDD yeah <3 Ha llegado muy rápido por lo que veo
El dibujo está muy chulo xD ahora se comprende mejor la escena, aunque quizá estaría bien que hubieras profundizado de qué protegía Alek a Mine al salvarla, por lo demás está muy bien ^w^